La segunda parte:
El cenáculo de la sangre - Diarquía,
A LA VENTA EN JUNIO DE 2013
El cenáculo de la sangre
La decisión de visitar a una amiga, que rememora un sentimiento de antaño, desemboca en una situación tormentosa y abrumadora para el protagonista de esta novela, Corvus. En un corto plazo de tiempo ha de asimilar un asesinato en extrañas circunstancias y unos sucesos cada vez más intrigantes, en algunos casos, casi inverosímiles desde un punto de vista racional. Ante tales acontecimientos, un ímpetu vehemente le empuja a investigar lo ocurrido.
Al éxodo exterior por distintos países y personajes poco transparentes, además de complejos, se une el viaje interior del protagonista que, en su búsqueda de respuestas, va sufriendo profundos cambios emocionales.
Estas experiencias transformarán su vida hasta límites insospechados; sobre todo al conocer el despertar de una ancestral leyenda.
El cenáculo de la sangre - Diarquía
Dos velas salpicadas de sangre, eso somos, dos velas que derraman la cera en un gran charco de sangre. Recorremos una senda que no nos lleva a ningún lugar concreto, el tiempo que nos queda es aquel que tarde la llama encendida en acabar de quemar la cuerda.
Obtuve las respuestas y eso sólo provocó que mi mente quedara colmada de preguntas, de incertezas e inseguridades... porque ¿Quién soy? ¿Quién es realmente la mujer que me acompaña? Aún queda demasiado papel en blanco porque lo que viví hasta hoy, parece ser un prólogo, una jodida broma de mal gusto... lo que resulta aún más frustrante, es que al tinta que tendré que utilizar de aquí en adelante para escribir mis noches la tendré de las venas de otras personas...
Y digo bien: Noche, porque el único fanal encendido que me queda es el de la luna, y en ese mar de oscuridad que me rodea, he de cicatrizar tantas heridas como deja la cera de mi cuerpo derretida e hirviendo en mi piel...
El cenáculo de la sangre prosigue su escalada en el top de los más vendidos de Amazon, aupándose 20 puestos desde ayer, en este momento se encuentra el número 6.
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